Hernán Cortés, el gran olvidado
Si el descubridor Hernán Cortés hubiera nacido en Francia, quizá contara con una magnifica avenida que rivalizara con los Campos Elíseos. En Madrid, cuenta con una angosta calle en Malasaña que no hace honor a una figura, con luces y sombras, pero cuyas virtudes han señalado influyentes hispanistas como Christian Duverger y es bueno revisar. Leer artículo completo

¿Que sería de estas fiestas sin los entrañables puestos navideños, que inmortalizara Pepe Isbert en la inolvidable ‘La gran familia’? Repasamos algunos de los mercadillos que no pueden faltar en una ruta navideña para toda la familia, como el situado en la plaza de España. Del 13 de diciembre al 5 de enero, se dan cita una serie de puestos de oficios relacionados con la cerámica,
Hablamos de Alcalá de Henares, por supuesto, noble villa madrileña que vio nacer al príncipe de los ingenios don Miguel de Cervantes, en el año 1547. La ciudad, muy accesible en tren de Cercanías (las líneas C-1, C-2 y C7A, que salen de Atocha), es ideal para una excursión de un día. También se puede llegar en el peculiar
Aranjuez siempre merece una visita, en cualquier época del año. Fue residencia real desde tiempos de Felipe II, y la corte acudía a su Palacio en primavera, lo cual no significa que el lugar, especialmente sus jardines, no tengan encanto en otras épocas del año, sobre todo en otoño.
Por esas tres siglas, las de
Los amantes de los encierros saben que, después después de las tradicionales carreras de Pamplona, se encuentran las de San Sebastián de las Reyes, con no menos historias que las de la ciudad de San Fermín, pues datan del año 1525, según Wikipedia, y desde 2010 son Bien de Interés Cultural.
Agosto no es un mes tedioso en Madrid. Al menos, en el conjunto de calles que conforman los barrios de Lavapiés y La Latina que, unidos por la calle Embajadores, celebran unas fiestas populares que hacen buena esa frase de que Madrid es un “pueblón manchego”.
A lo largo de las 72 ediciones que se han celebrado de la Feria de Libro, no solo ha habido anécdotas sino cambios en su organización. De su origen en el paseo de Recoletos al traslado, a partir de 1967, al parque del Retiro, con un año de extraño paréntesis, 1978, en que se celebró en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo.
El plato estrella de la gastronomía valenciana también se sirve en Madrid, porque Madrid no deja de ser un crisol de las distintas españas, que se dan cita a la mesa. Ya a principios del siglo pasado se produjo una ‘invasión’ de restaurantes vascos, primero, y catalanes después, como recordó el escritor Josep Pla en su dietario de Madrid: “Los habitantes del País Vasco tienen en Madrid dos monopolios: la banca y los restaurantes”.